Es increíble el plan urbanístico de la cuidad. Con los castillos, murallas e iglesias van surgiendo por arte de magia los sucesos. Nadie pudo pensar que del convento de Agustinos descalzos, surgiera mucho más tarde el asiento del Colegio del Estado, simiente republicana de la Universidad de Cartagena. Menos podíamos pensar que perdurara la expresión claustro como evocación de aquellos gloriosos Agustinos que ya habían dado fama a Salamanca con la vida y obra de Fray Luis de León.
No existe memoria del trabajo educativo de los Agustinos en Cartagena de Indias, pero está presente el valor y sacrificio de Fray Alonso de la Cruz Paredes, escalando las faldas del cerro de la popa para dejar en el sitio mas alto la Fe de Cristo y la imagen popular de la hermosa virgen que conquisto con amor el corazón del pueblo Cartagenero, que ha querido bautizarla como "la virgen morena y liberal". Paradójicamente quienes atormentaron con odio a Luis Andrea, el mulato rebelde enamorado del demonio, también sembraron el amor con el nombre de la virgen de la Candelaria, versión extraordinaria de la pureza que se logra no entre las llamas de la Inquisición, sino entre candelas, entre las luminarias piadosas de la Fe. Sin embargo, el fundador del convento de Agustinos Fray Gerónimo de Guevara pasó ignorado siendo su obra una de las más importantes que se realizaron bajo la gobernación de Don Pedro Fernández de Bustos.
Desde Juan de Castellanos en su "Elegía de varones Ilustres de Inidas" hasta Eduardo Lemaitre, con su "Historia General de Cartagena de Indias", la fundación de la ciudad se nos representa como una aventura humana y grande, donde los cronistas e historiadores incluyendo a Lemaitre, vienen a formar parte de la misma historia que hacen y que escriben, no de otra manera se explica la vitalidad, el toque impresionante de una obra contradictoria y variada como los propios sucesos que ocurren en el marco pétreo de esta ciudad increíble. La sede primigenia del Convento de Agustinos, sus arcadas y extensos corredores fueron edificados en 1580 con la misma piedra monumental de las murallas, que debió ser traida de Punta Cantera (Arrollo de Piedra) y Manzanillo del Mar, donde aun existen los atracaderos y caños interiores por los que la fuerza esclavizada del negro acarreó la piedra eternizada por el trabajo del hombre. Peregrinando por estos senderos he encontrado hornos para hacer la caliza que sirvió de base al mortero que unió las piedras; aljibes que sirvieron como depósitos de agua lluvia en esa región de tierras desérticas, dunas calientes y áridas, batidas por los frecuentes alisios. Testimonio de la pobreza ecológica son los manzanillos venenosos y los manglares sin frutos.
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